Casting: Killian Jones

Cuando el portal se ceró justo detrás de nosotros, nos dimos de bruces contra el suelo del mismo cobertizo por el que nos habíamos escabullido hace ya varios años, pero algo no iba bien. Miré a Emma, sonriente por estar de vuelta en casa, y luego miré a su regazo.
- ¡Nooo!
Miraba desesperado de un lado para otro, buscando, pero era inútil. La pequeña había desaparecido. Eso me aspeaba muchísimo, puesto que Emma había cargado con ella desde el instante en que el portal se había abierto en el Bosque Encantado y lo cual solo daba pie a una solución posible: Nuestra hija se había quedado en el castillo del Ser Oscuro. Cogí a Emma muy fuerte de ambos brazos, tratando de consolarla, pero era inútil. Yo estaba desesperado y ella seguía en shock, así que hice lo único que me creí capaz en ese momento y me la llevé de vuelta a la Abuelita. Si yo no podía hacer nada, quizá Henry sí.
Una vez en la cafetería les contamos la historia a todos, que seguían como si solo hubieran pasado un par de horas desde que nos fuimos. Curiosamente, los únicos que nos creyeron fueron Henry y Regina. Ni siquiera los padres de Emma, que siempre habían tenido la esperanza en el número uno de sus prioridades, querían escuchar nuestra historia por miedo a hacer más daño a Emma.
Pero yo no estaba dispuesto a dar por perdida a nuestra hija y mucho menos a que Emma perdiera la esperanza por completo. A pesar de que Rumplestiltskin había jurado no recordar nada, no era la primera vez que nos escondía información para protegerse a sí mismo. Ya estaba cansado de esperar de brazos cruzados, así que me armé de valor, cogí mi espada y me encaminé directo a la tienda de empeños. Pensaba sacarle la información al Cocodrilo, a puñetazos si era necesario. Puede que él tubiera su daga, pero yo tenía algo mucho más poderoso: Amor por Emma y por nuestra hija.